Siento mi cuerpo caer
a la más absoluta oscuridad,
sin una mano que me ayude,
sin una cuerda a la que agarrar,
mis fuerzas se agotan a la misma velocidad.
El frío llega a mis entrañas
sin dejarme escapar
de la más terrible soledad.
Hacia lo más inalcanzable
una esfera de luz se distingue,
como si se tratase de alguna divinidad,
que rescata a los perdidos
de las profundidades.
Empiezo a ver con claridad
el sendero ascendiendo,
mostrando la salida,
dándome de nuevo una oportunidad.
Curioso post el de hoy... Yo creo que todos en algún momento nos hemos sentido así
ResponderEliminarLo bueno sucede cuando salimos de ese pozo, entonces es cuando somos realmente extraordinarios ^^
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