lunes, 21 de marzo de 2011

Al Caballero que besa en la mano


Todo comenzó en una ciudad custodiada por sierras andaluzas, bajo la medieval mirada de un castillo en lo alto de un cerro. Las nubes heladas del invierno se amontonan sobre el paisaje, dejando asomar algunos rayos solares. Así queda reflejado en la memoria de una dama de sueños viajeros...

Fue en ese lugar donde conoció al caballero que le esperaba desde hace unas lunas llenas. Fue así como realmente lo conoció, no por sus historias, no por sus leyendas, sino cuando visitó los sitios que frecuentaba en la ciudad, cuando subió por las inclinadas calles, cuando entró en su casa, cuando subió sus escaleras, cuando se alimentó de lo mismo que él, cuando descansó en su silla, cuando apoyó la cabeza en su almohada y se abrigó contra frío con su manta. Fue así como la dama se adentró en su verdadero mundo, y así fue como se fue enamorando cada vez más.

Después de esa experiencia, de la que le costó despedirse, cogió fuerzas para tomar una decisión. Su decisión le hizo llorar, no quería hacer sufrir a nadie, pero tampoco podía seguir engañando a su corazón...

Y esta decisión hizo que volviese a ver al caballero de nuevo...


En un momento de ternura, ella le besa en la mano, y él le contesta con el mismo gesto pero con más delicadeza, haciendo uso de su mirada penetrante. Sus ojos se miran, intercambian palabras invisibles de amor. La dama siente cómo sus mejillas se colorean con el calor, cómo su corazón late con intensidad, cómo su cuerpo cae bajo el embrujo de un acto tan noble...

Al revivir la escena en su memoria, la dama piensa en voz alta dirigiéndose hacia su caballero:

Sé que no soy una princesa,
sino más bien una bruja descarada y caprichosa,
que aún le hace falta madurar...

Sé que no eres un príncipe,
sino más bien un brujo que necesita amar
y que le den amor...

Sé que no tengo modales de dama
ni vestidos elegantes,
ni maquillaje despampanante...

Sé que no tienes un corcel blanco
ni espada con gemas de esmeraldas,
ni un castillo con murallas...

No necesito vivir en un cuento de hadas,
si tú me cuidas y te hago feliz,
entonces yo seré feliz contigo.

No quiero comer perdices,
antes prefiero carne de vacuno con queso
y unas patatas fritas.

Olvídate de tus miedos,
de las dudas,
de las desconfianzas.


Solo necesito
tu amor,
tu cariño,
tu comprensión,
tu respeto, 
tu fuerza,
tu valor,
tu coraje.

Solo te necesito a ti
porque te amo,
y eso me basta para ser feliz.





10 comentarios:

  1. este caballero sin reino, ni espada, ni corcel blanco, este caballero sin nada esta dispuesto a seguirte, mi joven dama, hasta que pueda decir que he encontrado todo aquello que necesito en ti, te seguire hasta las puertas mismas del averno por el simple hecho de estar a tu lado, pase lo que pase, ahi estare.
    Te amo

    ResponderEliminar
  2. Ainss, cómo me gustan tus comentarios!! ^////^
    Y cuando encuentres todo aquello que necesitas en mí, qué pasará? Y qué cosas necesitas en mí? :O

    ResponderEliminar
  3. cuando lo encuentre todo pues disfrutare de una existencia plena contigo vida, y necesito ke seas tu misma, con eso me contento ^^

    ResponderEliminar
  4. Challenge Accepted! ;) Gracias por comentar, te amo mi vida ^^

    ResponderEliminar
  5. Mi enhorabuena por este post. Está muy currado ;)

    ResponderEliminar
  6. De caballeros, damas y dorceles está llena la vida.
    Sólo intentad ser felices!!!

    ResponderEliminar
  7. Muchas gracias chicos :D Eso quiero, que todos seamos felices!! ^^ Os quieroooo :*

    ResponderEliminar
  8. Tu don de la escritura es increíble Ali ^^
    Un beso!

    ResponderEliminar
  9. ¡Impresionante! Que dotes de amor y sensibilidad nos has regalado con tan bella entrada. Me ha encantado. No pierdas nunca esa bella sensibilidad en tus palabras.

    ¡Un abrazo mágico!

    ResponderEliminar
  10. Muchísimas gracias Alla y Dynara! Es un honor que este blog sea leído por más gente :D

    ResponderEliminar